Sinopsis: Victoria y Kenji comparten un secreto: las cicatrices que recorren sus muñecas. Para ella, los días transcurren contando calorías e intentando que su hermana no la obligue a comer más de lo que ella considera suficiente. Él vive escondiendo las marcas de su pasado bajo tatuajes y trabajando de sol a sol en un bar para amant es del rock. Ambos están solos, aislados del mundo. Hasta que Kenji descubre a Victoria en los baños del bar donde trabaja rodeada de un charco de sangre. Todos creen que ha intentado suicidarse, porque sufre anorexia, porque su novio acaba de dejarla, porque en definitiva parecía inevitable. Pero nadie la entiende realmente, hasta entonces. Victoria y Kenji se mueven a la velocidad de la vida e, inevitablemente, acabarán encontrándose.
Opinión: Es un libro que generó sentimientos ambiguos en mí.
El argumento posee una crudeza con respecto a las autolesiones y la anorexia pocas veces encontrado en libros juveniles. Al ser contado en primera persona, se puede entender la perspectiva de una persona que sufre un trastorno alimenticio. Me parece un punto de vista adecuado, ya que generalmente las personas no llegan a entender lo que sucede en la mente de una persona con tal enfermedad. Pero la historia en sí, la que se vive entre los personajes, me resultó un poco decepcionante. Tenía otras expectativas al respecto. La relación amorosa entre Kenji y Victoria es un poco precipitada, sobre todo hacia el final de la novela. Apenas intercambian un par de palabras y comienzan una relación en la que conocen poco uno del otro.
Con respecto a los personajes, Victoria simboliza, considero que adecuadamente, a las personas con una enfermedad mental como es la anorexia. Me ha parecido muy real, y por momentos conecté de alguna manera con ella. Esta alejada de ser el personaje perfecto. Kenji es un personaje con el que he logrado simpatizar más. Es más optimista a pesar de tener marcas en su cuerpo, y su relación con Victoria afecta en la forma de ver el mundo de ambos. Kenji posee una fortaleza que hace que te quedes con las ganas de conocerlo más. El resto de los personajes son secundarios y aparecen poco a lo largo de la historia.
La narración me ha gustado. Me ha atrapado cómo se narra la anorexia. Una sucesión constante de calorías, olores, sabores y rugidos de estómago crean un ambiente difícil de leer pero a la vez necesario, ya que le añade realismo al libro
En resumen, es una novela que recomiendo ya que ayuda al lector a intentar entender a las personas que padecen anorexia. Es un libro realista e interesante. A pesar de que hay temas y hechos a lo largo de la novela que se podrían profundizar, considero que vale la pena darle una oportunidad.
Puntaje:
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