Sinopsis: Dos abandonados por la sociedad se tienen el uno al otro. Aunque la noche no los abrigue, aunque las calles de Londres no los amparen, aunque su modo de vida roce la ilegalidad, ellos se saben ricos; saben, como dice un vieja canción, que los enamorados no son pobres jamás.
Silvia y John viven una miseria abrumadora en medio de la sociedad londinense del siglo xix, conscientes de que no hay lugar para ellos en esa ciudad ni en ninguna otra. Sobreviven entre la mendicidad y los pequeños hurtos que, aun llenos de culpa, se atreven a cometer. Se tienen el uno al otro, y nada más parece importarles.
Sin embargo, ese precario equilibrio, ese frágil sosiego que han construido se rompe de golpe cuando el padre de Silvia decide entregarla –“venderla” es la triste palabra correcta– a un noble que dice querer rescatarla de la miseria en que vive y que solo quiere dar rienda suelta a la obsesión que lo ata desde que vio a Silvia por primera vez.
John, por su parte, destrozado, decide seguir adelante y forjarse un futuro. Se hace respetar en los bajos fondos y logra hacerse un nombre y un porvenir. El reencuentro los desarma a los dos, los arranca de esa vida torpe de comodidades y los devuelve a la feliz incertidumbre de lo que habían soñado juntos.
Lola Rey nos trae su novela más ambiciosa y mejor lograda, una obra dura y vital, cruel y emotiva a la vez; una novela sobre esa época en la que aquellas esperanzas que se creían olvidadas vuelven a nacer como las flores que, tímidas, avanzan en el final del invierno.
Opinión: Me gusta mucho esta autora, y al enterarme que se publicó en físico en Argentina otro libro de Lola Rey, no pude evitar comprarlo. Y debo admitir que es una de las novelas que más me ha gustado de ella.
Desde el punto de vista argumental, me ha encantado. Es diferente a las historias de romance histórico que he leído hasta ahora. Cuenta el romance de Silvia y John, dos jóvenes que viven en la pobreza, maltratados y marginados por la sociedad, y en el caso de Silvia, golpeada incluso por su propio padre. Me ha resultado atrapante desde un principio, queriendo saber cómo continuaba la historia. Muestra la dureza de los bajos fondos londinenses, añadiendo realismo al libro. Pero también posee un lado esperanzador, que te mantiene enganchado hasta el final.
Con respecto a los personajes, me han gustado mucho. Silvia es un personaje muy soñador, fuerte y compasivo. Lucha por salir adelante y superar las circunstancias en las que vive, al igual que John. Él, motivado por su amor por Silvia, intenta cumplir todos sus sueños y superar la pobreza. Por momentos es un canalla, un hombre duro y temible, pero como lectora no pude evitar sentir atracción por él. Considero que los personajes están bien definidos y logrados, incluso los secundarios.
La prosa es atrapante y amena. Teniendo varias descripciones, no resulta una obra tediosa. Todo lo contrario, posee una narrativa ligera que logra mantener al lector con deseos de seguir su lectura.
En resumen, si bien es un libro con un final predecible, no deja de ser atractivo. Es una de las mejores novelas de la autora, según mi opinión. Sin duda la recomiendo.
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